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El 18 de julio de 1928, diarios como La Nación o La Voz publicaban titulares que reflejaban el entusiasmo de toda una región por la inauguración de la línea internacional de Canfranc. La inauguración de esta línea ferroviaria marcaba un hito en las comunicaciones entre España y Francia, especialmente para Aragón y Valencia. La estación de Canfranc, enclavada en un valle rodeado por los Pirineos, se convertiría en una de las más grandes y emblemáticas de Europa.
Una Estación que Unió Dos Naciones
Los Primeros Pasos: Convenios y Desafíos
La construcción de la línea de Canfranc fue una hazaña que requirió perforar montañas, construir túneles y viaductos, y domar el terreno accidentado de los Arañones. Aunque Francia fue inicialmente reticente a colaborar, finalmente se firmaron dos convenios clave en junio de 1928. El primero, el 12 de junio, fijó los límites fronterizos dentro del túnel ferroviario de Somport. El segundo, el 15 de junio, garantizó el correcto funcionamiento de la estación y estableció una vía de unión con la estación de Forges d’Abel, en Francia.
La Inauguración: 18 de Julio de 1928
El 18 de julio de 1928, la estación internacional de Canfranc abrió sus puertas con la asistencia de las más altas autoridades de España y Francia, incluyendo al Rey Alfonso XIII y al presidente francés Gaston Doumerge. La estación, con una longitud de 241 metros, 150 puertas y 350 ventanas, se convirtió en la segunda más grande de Europa, solo superada por la de Leipzig en Alemania.
Una Estación con Dos Lados
La estación de Canfranc estaba dividida en dos secciones: una española y otra francesa, cada una operando bajo las leyes de su respectivo país. El edificio principal, inspirado en los grands hôtels franceses, ofrecía servicios como aduanas, correos, médicos, oficinas, y hasta un hotel. Esta distribución permitía que los viajeros cambiaran de tren según el ancho de vía de cada país, facilitando el cruce de la frontera.
Los Años de Esplendor y las Primeras Dificultades (1928 - 1939)
A pesar de su grandiosidad, la estación de Canfranc no alcanzó el éxito esperado en sus primeros años debido a varios factores. La Gran Depresión de 1929, la falta de infraestructuras adecuadas en el lado español y la competencia de otros pasos fronterizos como Irún y La Junquera, afectaron su rendimiento. Un incendio en 1931 dañó parte de la estación y el Hotel Internacional, aunque en 1932, con la ratificación del convenio de 1928, la estación comenzó a recuperarse.
Sin embargo, la Guerra Civil española interrumpió esta recuperación. En 1936, Franco ordenó tapiar el túnel ferroviario de Somport para evitar que el ejército republicano recibiera ayuda desde Francia, lo que paralizó la conexión internacional hasta 1939.
Canfranc en la Segunda Guerra Mundial (1939 - 1946)
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la estación de Canfranc adquirió una nueva relevancia. En 1940, tras la ocupación nazi de Francia, el lado francés de la estación también cayó bajo control alemán. Durante este periodo, Canfranc se convirtió en un punto clave para dos tramas históricas: una red de espionaje liderada por Albert Le Lay, jefe de aduanas francés, y el transporte de oro nazi.
La Red de Espionaje
Albert Le Lay, de cara a los nazis un simple jefe de aduanas, organizó una red de espionaje que ayudaba a pasar documentos y personas contrarias al régimen nazi, incluidos judíos, hacia la libertad. Este tema fue abordado en profundidad en el episodio 58 de esta serie.
El Oro Nazi
Otra oscura historia de este periodo es la de los trenes cargados de oro expoliado por los nazis, que llegaban a Canfranc desde Suiza para ser enviados a España y Portugal. Este oro, que se calcula en unas 86 toneladas, fue utilizado por el régimen de Franco y el gobierno portugués a cambio de suministros y wolframio, un mineral crucial para el blindaje de tanques.
En 1944, con la guerra acercándose a su fin, Franco volvió a tapiar el túnel ferroviario, esta vez por temor a una invasión aliada, y no fue reabierto hasta 1949.
El Declive de Canfranc (1949 - 1970)
A partir de 1949, la estación de Canfranc retomó su actividad, pero nunca volvió a alcanzar el esplendor de sus primeros años. Las dificultades de mantenimiento, las duras condiciones geográficas y el desinterés de Francia por la línea, llevaron al declive de la estación. Finalmente, el 27 de marzo de 1970, un tren cargado de maíz descarriló en el lado francés, marcando el fin de la conexión ferroviaria entre España y Francia a través del túnel de Somport.
Reflexiones Finales
Este episodio ha recorrido algunos de los momentos más significativos de la historia de la estación internacional de Canfranc, desde su inauguración llena de esperanzas hasta su declive y cierre. En el próximo episodio, nos adentraremos en el oscuro capítulo del oro nazi y los secretos que finalmente salieron a la luz muchos años después.
Gracias por acompañarme en este viaje a través de la historia. No olvidéis que podéis enviar vuestras sugerencias y comentarios a través de los canales habituales. ¡Nos vemos en el próximo episodio con el cierre de esta fascinante trilogía sobre Canfranc!