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El Rito de las Calandras en Aragón
En Aragón existió la costumbre de "fer as calandras," un rito muy extendido para predecir el tiempo del año entrante. Este ritual consistía en observar el clima durante doce días específicos, y asociar las condiciones meteorológicas de cada día a los doce meses del año siguiente. Si el 13 de diciembre llovía, se predecía que llovería en enero; si el 14 nevaba, febrero sería nevoso, y así sucesivamente. En algunos lugares, las calandras se realizaban dos veces: una de Navidad a Año Nuevo, y otra entre el 13 de diciembre (Santa Lucía) y la Nochebuena, mientras que otros optaban por un solo ciclo.
La Navidad y las Tradiciones de Predicción
La Navidad en Aragón no solo se asocia con reuniones familiares y festividades, sino también con tradiciones de predicción del clima. A lo largo de la historia, estas fechas han sido cruciales para adivinaciones, especialmente sobre el tiempo, lo que era vital para las sociedades tradicionales que dependían del clima y del campo para sobrevivir.
Los Doce Días Críticos
Los doce días que van desde la medianoche del 24 de diciembre hasta la medianoche del 5 de enero (víspera de Reyes) simbolizan un periodo de renovación, donde se cerraba un ciclo y comenzaba otro. Este período era también utilizado para predecir el clima del año entrante, un factor crucial para la vida agrícola de la época.
El Origen de las Calandras
El rito de las calandras en Aragón tiene su origen en la palabra "caléndula," una planta que cambia según el tiempo, y de ahí derivó en "calandras" o "calandrias." Aunque no tiene base científica, las calandras eran un sistema popular para prever el clima, combinándose a veces con otras predicciones a corto y medio plazo para aumentar su precisión.
Comparación con Otras Culturas
Este tipo de predicciones no es exclusivo de Aragón. En Babilonia, existía el "Akitu," una festividad religiosa de doce días en marzo y abril, que también implicaba rituales para prever el destino del año. En la cultura hispana, las "cabañuelas" son una tradición similar, aunque se realizan en fechas diferentes.
Cómo Se Realizan las Calandras
En cada zona de Aragón, las calandras se realizaban de forma distinta. Algunas comunidades hacían una sola vuelta desde el 13 de diciembre hasta el 24 de diciembre, mientras que otras añadían una segunda vuelta desde el 26 de diciembre hasta el 6 de enero. Esta segunda vuelta servía para comparar predicciones y tratar de obtener un pronóstico más fiable.
El Caso de Arén: Predicción con Cebollas
En Arén, además de las calandras, se utilizaba otro método de predicción: las capas de la cebolla. En Nochevieja, se colocaban doce capas de cebolla, una por cada mes del año, con sal encima y se dejaban al sereno. Según la cantidad de agua que aparecía en cada capa al día siguiente, se predecía si el mes correspondiente sería lluvioso o seco. Luego, se realizaban las calandras entre el 2 y el 13 de enero, y entre el 14 y el 25 de enero, combinando ambos métodos para intentar un pronóstico más exacto.
Predicciones a Largo y Corto Plazo
Las calandras eran un sistema de predicción a largo plazo, basado en la observación de factores como la dirección del viento, la forma de las nubes, los fenómenos ópticos en el cielo, la humedad y la temperatura. Además, existían predicciones a corto y medio plazo, como la observación del comportamiento de los animales, la aparición de ciertos fenómenos naturales, o incluso las señales corporales como dolores reumáticos, que indicaban la llegada de lluvias.
El Refranero Popular: Sabiduría Ancestral
El refranero popular aragonés también está lleno de referencias al clima. Dichos como "marzo ventoso y abril lluvioso, sacan a mayo florido y hermoso" o "en abril, aguas mil," son ejemplos de cómo la sabiduría popular ha intentado predecir el tiempo a lo largo de generaciones.
Conclusión
Las calandras son una fascinante tradición aragonesa que demuestra cómo, en ausencia de tecnología moderna, las comunidades rurales desarrollaron sus propios sistemas para prever el tiempo y prepararse para el año venidero. Aunque no científicas, estas prácticas forman parte del rico patrimonio cultural de Aragón y continúan siendo recordadas y, en algunos casos, practicadas hasta el día de hoy.