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La Historia de Narbona de Cenarbe
El primer testimonio relacionado con Narbona de Cenarbe describe a una mujer acusada de ponzoñera, fetillera, y bruja, acusaciones que arrastró durante más de veinte años. Narbona, esposa de Juan de Portaña, vivía en el despoblado de Cenarbe, un lugar que pertenecía a Villanúa, y se ganó la fama de bruja y hechicera en su comunidad y más allá.
El Contexto de la Brujería en Aragón
En el siglo XV, la brujería se entendía como la práctica de magia negra, el uso de poderes ocultos para hacer mal, y los pactos con el diablo. Estos elementos fueron la base de las acusaciones contra Narbona, quien fue la primera mujer en Aragón en ser procesada formalmente bajo estas acusaciones.
El proceso contra Narbona fue el primero en Aragón que incluyó todos los elementos que luego se repetirían en los juicios de brujería de la Edad Moderna. A pesar de que existieron otros casos de mujeres juzgadas por hechicería en la región, como el de Guirandana de Lay, el proceso de Narbona es considerado el primero en incorporar completamente la noción de brujería.
Narbona de Cenarbe: La Acusada
Narbona de Cenarbe, también conocida como Narbona de Artal, vivía en Cenarbe, un lugar despoblado desde mediados del siglo XX. Estaba casada con Juan de Portaña y tenía dos hermanos, María y Juan, quienes también tenían mala fama en la zona.
En el proceso judicial fechado en febrero de 1498, se presentaron tres testimonios en su contra: dos de ellos provenientes de vecinos de Cenarbe, Domingo Ferrer y Pero Ximénez, y uno del procurador fiscal.
Testimonios en Contra de Narbona
Domingo Ferrer:
Domingo Ferrer fue el primer testigo en declarar. Conocía a Narbona y afirmó que era ponzoñera, fetillera y bruja, algo que todos en Cenarbe sabían desde hacía más de veinte años. Ferrer relató dos incidentes específicos: el primero involucró a María Calliço, una mujer de Villanúa que no podía tener hijos. Ferrer afirmó que el abad de Pozán de Vero culpó a Narbona de los abortos de María, lo que llevó al marido de María a amenazar a Narbona con llevarla ante la justicia. En otro incidente, el hijo de Ferrer enfermó después de beber leche en casa de Narbona. Ferrer, sospechando de Narbona, la amenazó, pero ella logró curar al niño en menos de una hora.
Pero Ximénez:
Pero Ximénez, otro habitante de Cenarbe, también testificó en contra de Narbona y su hermana María, a quienes consideraba ponzoñeras. Ximénez relató un caso similar al de María Calliço y mencionó que su propia nieta estuvo a punto de morir, pero se curó después de que él rezara oraciones y leyera el evangelio de San Juan. Cuando la hermana de Narbona, María de Artal, se enteró de esto, dejó de tener hijos, lo que Ximénez también atribuyó a la brujería.
Las Acusaciones del Procurador Fiscal
El procurador fiscal presentó una acusación general contra Narbona basada en siete puntos clave:
- Narbona era una bruja, ponzoñera, nigromante y fetillera.
- Había dado ponzoñas y lanzado sortilegios que causaron muertes y comportamientos extraños.
- Era conocida por invocar demonios y utilizar magia negra.
- Había participado en sabbats o aquelarres nocturnos.
- Usaba polvos y ponzoñas para secar árboles y envenenar el agua.
- Había convencido a otras personas para convertirse en brujas.
- Narbona había confesado todos estos crímenes ante otras personas.
Estas acusaciones, sin pruebas específicas, estaban basadas en la imagen estereotípica de la bruja que se popularizaría en los siglos posteriores.
El Interrogatorio y el Destino de Narbona
Narbona de Cenarbe fue capturada y llevada a Zaragoza, donde fue interrogada por la Inquisición en el palacio de la Aljafería. A pesar de que el interrogatorio fue breve, Narbona negó todas las acusaciones, afirmando que no tenía conocimiento de los hechos de los que se la acusaba. Sin embargo, la Inquisición no prestó atención a sus respuestas, ya que, en ese contexto, las acusaciones de brujería solían ser condenatorias sin importar las pruebas o las defensas.
Aunque no hay registros específicos sobre el final de Narbona, es probable que sufriera la misma suerte que otras mujeres acusadas de brujería en esa época, siendo condenada a morir en la hoguera.
Reflexión Final
El caso de Narbona de Cenarbe es un claro ejemplo de la persecución que sufrieron muchas mujeres acusadas de brujería durante la Edad Media y Moderna. Las acusaciones se basaban en supersticiones, miedos y prejuicios, y las mujeres como Narbona eran injustamente condenadas por crímenes que no cometieron.
Este episodio de la historia aragonesa resalta la necesidad de recordar y reflexionar sobre estos momentos oscuros para evitar que se repitan en el futuro. La historia de Narbona de Cenarbe es un recordatorio de la importancia de la justicia y la verdad.