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56. Las ocas que salvaron Daroca

Un ejército preparado, un ataque por sorpresa y unos centinelas dormidos.

Victoria segura para unos y catástrofe monumental para otros… a menos que unos animales más que asustados despiertena los centinelas y se acabe dando la vuelta a una batalla que parecía casi perdida.

¡En este episodio viajamos hasta el valle del Jiloca para descubrir la leyenda de las ocas que salvaron Daroca!

María Argota Recaj

María Argota Recaj

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Contenido del Podcast

La Historia de Daroca: Una Ciudad con Patrimonio y Leyenda

Daroca, una hermosa ciudad aragonesa que, aunque hoy cuenta con menos de 2000 habitantes, es rica en historia y patrimonio. En 1366, Pedro IV el Ceremonioso le otorgó el título de ciudad, tras resistir a un asedio de Pedro I el Cruel. Daroca, conocida como la ciudad de los siete sietes, debe su apodo a la gran cantidad de patrimonio que tuvo y parte del cual ha perdido. Los siete sietes hacen referencia a sus siete iglesias parroquiales, siete conventos, siete ermitas, siete fuentes, siete plazas, siete puertas y siete molinos.

Además, Daroca es parte del Camino del Cid, ya que Rodrigo Díaz de Vivar visitó la ciudad en varias ocasiones, e incluso en una de sus visitas fue para ser atendido por médicos locales tras una grave herida. Sin duda, Daroca es una ciudad llena de historia y tradición, donde destacan los Corporales de Daroca, un milagro religioso omnipresente en la ciudad, y que también aparece en su escudo.

El Escudo de Daroca: Historia y Símbolos

El escudo de Daroca ha sufrido algunas modificaciones a lo largo de los años. Originalmente, sobre un fondo rojo, aparecían cinco lirios de jardín, representando la riqueza de la huerta local, flanqueados por seis ocas (tres a cada lado), todo rodeado por una muralla con dos puertas y torres que exhibían las banderas que Jaime I regaló a las tropas de Daroca. Sin embargo, con el tiempo, los lirios fueron sustituidos por los Corporales, reforzando la importancia de este milagro en la identidad de la ciudad.

Hoy en día, el escudo sigue siendo rojo, con la muralla, las puertas y las torres con las banderas, pero ahora incluye una corriente de agua y el relicario de los Corporales en el centro, flanqueado por las seis ocas. Este escudo está acompañado por el salmo 147: "Non fecit taliter omni nationi" (Dios no hizo nada semejante con ningún otro pueblo), reforzando la idea de que Daroca es un lugar bendecido por un milagro único.

La Leyenda de las Ocas: Cómo Daroca Fue Salvada del Asedio

El Miedo a Perder Daroca

En 1120, Alfonso I el Batallador conquistó Daroca, y dejó a Sancho Enecón como gobernador cristiano de la ciudad y sus alrededores. Sin embargo, la amenaza musulmana seguía latente, y la población vivía con el miedo constante de que la ciudad pudiera ser reconquistada. Para evitarlo, Sancho ordenó una vigilancia constante, sabiendo que los musulmanes buscaban el momento oportuno para atacar.

La Venganza de Omar ben Ahmed

Omar ben Ahmed, gobernante musulmán en la serranía de Cuenca, hijo de Ahmed ben Ibrahim, muerto en la batalla de Cutanda, planeaba vengar la muerte de su padre recuperando Daroca. Con la ayuda de Jahy ben Jaldum, un doctor musulmán que había vivido 20 años en Daroca, Omar planeó un ataque sorpresa. Jahy se disfrazó de cristiano y se infiltró en la ciudad para reunir aliados que lo ayudaran a atacar desde dentro cuando Omar llegara con sus tropas.

Sin embargo, el plan no salió como esperaban. Jahy fue capturado cerca de Daroca y, aunque intentó pasar desapercibido, fue reconocido por un antiguo esclavo suyo, lo que llevó a su encarcelamiento. A pesar de este revés, Omar siguió adelante con su plan de atacar Daroca.

El Ataque y la Intervención de las Ocas

La noche del ataque, los centinelas de Daroca, exhaustos tras días de vigilancia ininterrumpida, se quedaron dormidos. Esto parecía darle a Omar ben Ahmed la oportunidad perfecta para atacar la ciudad. Sin embargo, al acercarse al muro de la ciudad, las tropas musulmanas hicieron ruido que asustó a unas ocas cercanas. Estos animales, conocidos por su fuerte graznido, comenzaron a hacer un gran escándalo, despertando a los centinelas y alertando a toda la ciudad.

Inmediatamente, los habitantes de Daroca, tanto soldados como civiles, tomaron armas y se prepararon para defender su ciudad. La batalla fue intensa y sangrienta, pero al final, los darocenses lograron rechazar el ataque. Omar ben Ahmed resultó herido y su plan fracasó. Como castigo, Jahy ben Jaldum fue ahorcado en una de las plazas de la ciudad.

Un Cambio en el Escudo: El Recuerdo de las Ocas

En honor a la valiente defensa de la ciudad y al papel crucial que jugaron las ocas en la victoria, se decidió modificar el escudo de Daroca, reemplazando los lirios por las seis ocas que aún hoy en día se pueden ver en el escudo. Esta historia, aunque suena familiar a muchos, tiene un paralelo sorprendente con la leyenda romana de los gansos sagrados de Juno, que salvaron Roma de un ataque galo. Sin embargo, mientras en Roma los romanos pagaron para que los galos dejaran de asediarlos, en Daroca la victoria fue total.

Conclusión

La leyenda de las ocas de Daroca es un testimonio del ingenio y valor de los habitantes de la ciudad. No solo sobrevivieron a un ataque que parecía inevitable, sino que también transformaron un evento milagroso en un símbolo perdurable de su identidad. Así, Daroca sigue siendo una ciudad orgullosa de su historia, su patrimonio y, por supuesto, de sus ocas.