Contenido del Podcast
En el episodio 38 de Aragón, historias y falordias, volvemos a Teruel para retomar una de las leyendas más icónicas de España: la historia de los Amantes de Teruel. Este relato de amor trágico ha perdurado a lo largo de los siglos, y con él, los cuerpos de Diego de Marcilla e Isabel de Segura, que han encontrado reposo en múltiples lugares antes de llegar a su descanso final.
Resumen de la Leyenda de los Amantes de Teruel
Una Historia de Amor Trágico
La historia de los Amantes de Teruel se remonta al siglo XIII. Diego de Marcilla e Isabel de Segura eran jóvenes y estaban profundamente enamorados, pero sus destinos se vieron marcados por la diferencia de clases sociales. Isabel provenía de una familia rica, y el padre de Isabel no aprobaba la relación.
Diego consiguió un acuerdo: tenía cinco años para alcanzar la fama y la fortuna necesarias para casarse con Isabel. Sin embargo, al término de este tiempo, un mensajero llegó con la noticia de la muerte de Diego. Isabel, convencida de su pérdida, se casó con Pedro de Azagra.
En el día de su boda, Diego regresó, solo para morir de desamor cuando Isabel le negó un beso. En su funeral, Isabel finalmente le dio el beso, pero murió al instante, siendo ambos enterrados juntos en la capilla de San Cosme y San Damián de la iglesia de San Pedro en Teruel.
Las Primeras Moradas: 1555 – 1578
El Descubrimiento de las Momias
En 1555, durante unas obras en la capilla donde fueron enterrados, se descubrieron dos momias: un hombre y una mujer, enterrados juntos. Los habitantes de Teruel reconocieron rápidamente la leyenda. Durante 23 años, las momias fueron expuestas al público en la iglesia de San Pedro, hasta que el obispo ordenó su reentierro para evitar su deterioro.
Juan Yagüe de Salas: La Segunda Exhumación
La Búsqueda de Pruebas
A principios del siglo XVII, Juan Yagüe de Salas, un notario y archivero, exhumó las momias nuevamente para defender la autenticidad de la leyenda de los Amantes. En esta ocasión, las momias fueron colocadas bajo el altar de la capilla, accesibles al público a través de una trampilla.
Un Armario Empotrado: El Traslado de 1708
Una Solución Inusual
En 1708, las momias fueron trasladadas a un "panteón", que en realidad era un armario empotrado en el claustro de la iglesia de San Pedro. Las momias se colocaron de pie, tapadas con una falda desde la cintura hacia abajo, y se abrían las puertas para que los visitantes pudieran ver a los Amantes.
El Templete de Policarpio Serrano: Un Nuevo Hogar
Un Diseño Más Digno
Dada la popularidad de los Amantes, en el siglo XVIII se decidió crear un espacio más digno para ellos. Se construyó un templete de madera donde las momias fueron expuestas, de pie y sujetas como muñecas. Este templete se mantuvo hasta el siglo XIX, siendo capturado en la primera fotografía de los Amantes de Teruel.
El Traslado a la Capilla del Sagrado Corazón en 1902
Un Nuevo Descanso
En 1902, las momias fueron trasladadas a la Capilla del Sagrado Corazón, donde se colocaron en sarcófagos de madera con tapa de cristal. Este sería su hogar hasta la Guerra Civil Española.
La Batalla de Teruel y la Pérdida de las Momias
El Escondite Perdido
Durante la Guerra Civil, las momias fueron escondidas para protegerlas de los bombardeos. Sin embargo, fueron tan bien ocultadas que se perdieron. No fue hasta febrero de 1938 que un turolense reveló su ubicación: una cueva en el convento de Santa Clara. Las momias fueron halladas intactas y regresaron a la capilla tras la guerra.
El Mausoleo de Juan de Ávalos: Un Descanso Final
Un Mausoleo Digno
En 1955, para conmemorar el 400 aniversario del descubrimiento de las momias, el escultor Juan de Ávalos creó un majestuoso mausoleo. Este monumento de alabastro se convirtió en el último hogar de los Amantes, y desde 2005 se encuentra en el Museo de los Amantes, con una imagen renovada y simbólica.
El Significado del Mausoleo
El mausoleo no solo es una obra de arte, sino que también está lleno de simbolismo. Las esculturas yacentes de Diego e Isabel, aunque cercanas, no llegan a tocarse, simbolizando su amor imposible. Sin embargo, las sombras de sus manos sí se unen, representando la eternidad que finalmente comparten.
Conclusión
La historia de los Amantes de Teruel es un viaje a través del tiempo, lleno de pasión, tragedia y moradas transitorias. Hoy, su amor sigue vivo en el impresionante mausoleo de Juan de Ávalos, un recordatorio eterno de un amor que desafió la muerte y el tiempo.