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Illueca, 1328
Nos encontramos en Illueca, un pequeño pueblo aragonés al lado del río Aranda, en el año 1328. En este momento, el castillo de los Luna está siendo construido como una fortaleza para proteger la zona de posibles ataques. Es aquí donde nace Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor, más conocido en la historia como Pedro de Luna, en el seno de una familia noble.
Los Antecedentes de Pedro de Luna
Pedro de Luna proviene de una familia con un linaje notable. Su padre, Juan Martínez de Luna, es parte de una rama menor de una de las familias más influyentes en la historia de Aragón. Su madre, María Pérez de Gotor, también proviene de una familia importante, siendo señora de Illueca y Gotor. Además, María Pérez de Gotor desciende de Jaime de Gotor, hijo del último rey musulmán de Mallorca antes de la conquista de la isla por Jaime I.
La Carrera de Pedro de Luna
De la infancia y juventud de Pedro de Luna se conoce poco, aunque se sabe que en un principio se orientó hacia la carrera militar, antes de decidir que su vocación estaba en la Iglesia. Estudió derecho canónico en la Universidad de Montpellier, en Francia, donde posteriormente llegó a ser profesor.
De Profesor a Cardenal
La carrera de Pedro de Luna en la Iglesia fue meteórica. Gracias a su talento, pronto captó la atención del Papa Gregorio XI, quien a los 33 años lo nombró cardenal. Desde ese momento, su vida cambió por completo, dedicándose exclusivamente a su carrera eclesiástica y representando a la Corona de Aragón en Roma.
El Cisma de Occidente
En la época en que Pedro de Luna fue nombrado cardenal, la Iglesia Católica vivía tiempos convulsos. Los Papas habían trasladado la sede papal de Roma a Aviñón, lo que provocó el descontento en Italia. Tras la muerte de Gregorio XI, se celebró un cónclave bajo presión, en el que se eligió a Urbano VI como nuevo Papa. Sin embargo, algunos cardenales, entre ellos Pedro de Luna, cuestionaron la legitimidad de este cónclave, alegando que había sido fraudulento. Esto llevó a la elección de un segundo Papa, Clemente VII, quien se instaló en Aviñón, dando inicio al Cisma de Occidente, donde coexistieron dos papas, ambos reclamando su legitimidad.
El Papa Luna y su Firmeza
Pedro de Luna apoyó a Clemente VII desde el principio y fue recompensado con el título de legado papal, encargándose de defender la legitimidad de Clemente VII en Europa. Sin embargo, su terquedad al insistir en sus planes y su inflexibilidad, como su intención de convencer al Papa rival de Roma de que renunciara, le hicieron perder apoyos.
Benedicto XIII
Tras la muerte de Clemente VII, Pedro de Luna fue elegido como su sucesor en Aviñón, adoptando el nombre de Benedicto XIII, aunque es más conocido como el Papa Luna. Desde el principio, Benedicto XIII intentó resolver el problema del doble papado, pero su rigidez y su insistencia en seguir su propio camino le hicieron perder cada vez más aliados.
El Concilio de Pisa y el Compromiso de Caspe
La situación se complicó aún más con la convocatoria del Concilio de Pisa, donde se eligió un tercer Papa, Alejandro V, añadiendo más confusión al cisma. Mientras tanto, Benedicto XIII huyó a la Corona de Aragón, donde participó en el Compromiso de Caspe, un hecho fundamental en la historia aragonesa que resultó en la elección de Fernando I de Antequera como rey.
El Concilio de Constanza
El Concilio de Constanza, convocado por el emperador Segismundo, pretendía poner fin al Cisma de Occidente. Aunque los otros papas renunciaron, Benedicto XIII se mantuvo firme en su postura, lo que lo llevó a ser depuesto y excomulgado. A pesar de esto, Benedicto XIII continuó considerándose el Papa legítimo hasta su muerte en 1423 en su castillo de Peñíscola.
Legado del Papa Luna
La historia del Papa Luna no terminó con su muerte, sino que continuó influyendo en la historia, especialmente en la Universidad de St. Andrews en Escocia, que él mismo ayudó a fundar. Su legado persiste como un símbolo de terquedad e inquebrantable convicción, lo que da origen a la famosa expresión "estar en sus trece".
Conclusión de la Temporada
Con este episodio, cerramos la primera temporada de "Aragón, Historias y Falordias". Gracias por acompañarnos en este viaje a través del tiempo y la historia de Aragón. Os esperamos en la próxima temporada con más relatos y leyendas. ¡Disfrutad del verano y hasta septiembre!