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Daroca: Un Pueblo con Historia Milenaria
Daroca, situada en la capital del valle medio del Jiloca, es un lugar cargado de historia y leyenda. Aunque algunos de sus restos más antiguos datan de la época celtibérica, Daroca es considerada una fundación de origen musulmán, que data del siglo VIII. En poco tiempo, se convirtió en una de las localidades más importantes del norte de al-Andalus, destacándose como un gran centro político y comercial.
Con la llegada de los cristianos, la importancia de Daroca aumentó aún más, llegando a ser una de las cuatro comunidades de aldeas de Aragón. Estas comunidades eran agrupaciones de villas y lugares jurídicamente iguales, que se unían para independizarse de la villa a la que habían pertenecido. La Comunidad de Aldeas de Daroca estuvo en funcionamiento desde el siglo XIII hasta principios del XIX.
La riqueza histórica de Daroca se refleja en su patrimonio, por lo que se ha ganado el título de "Ciudad de los siete sietes". A lo largo de los siglos, aunque ha perdido una parte importante de su patrimonio, Daroca llegó a tener 7 iglesias (en realidad eran 20), 7 conventos, 7 ermitas, 7 fuentes, 7 plazas, 7 puertas y 7 molinos. Además, cuenta con 7 + 1 Bienes de Interés Cultural y alberga una de las pastelerías más antiguas de España: la de Manuel Segura, que en el año 2000 inauguró el Museo de la Pastelería Manuel Segura.
Los Sagrados Corporales de Daroca
Durante siglos, Daroca fue un centro de peregrinación al que acudían reyes, nobles y personas anónimas. Esta fama se debe a una reliquia que se custodia desde el siglo XIII en la Basílica de Santa María de los Corporales. Este templo, de origen románico, ha sido ampliado y reformado a lo largo de los siglos, y uno de sus elementos más destacados es una capilla lateral que guarda una de las reliquias más importantes de la historia de Aragón: los Sagrados Corporales.
¿Qué es un Corporal?
Un corporal es un lienzo que se extiende sobre el altar durante la misa para colocar sobre él el cáliz con el vino, el copón con las hostias consagradas y la patena, que es el plato en el que se colocan las formas para la comunión. En el contexto de la historia de Daroca, este lienzo adquirió un significado trascendental.
La Historia de los Corporales en la Conquista de Valencia
La historia de los Corporales se remonta a la conquista de Valencia por Jaime I de Aragón, un evento crucial en la expansión de la Corona de Aragón. Berenguer de Entenza, uno de los nobles más cercanos a Jaime I, jugó un papel fundamental en esta campaña. Tras la conquista de Valencia, Berenguer y un pequeño ejército formado por soldados de Calatayud, Teruel y Daroca se aventuraron hacia el sur, llegando a la localidad de Luchente, donde se refugiaron en el castillo de Chiu.
La Batalla en el Castillo de Chiu
Los musulmanes, cansados de las incursiones cristianas, formaron un ejército y asediaron el castillo de Chiu. Berenguer de Entenza, consciente de la difícil situación, decidió celebrar una misa antes de la batalla. Durante la misa, los musulmanes atacaron el castillo, y el sacerdote tuvo que envolver las hostias en un corporal y esconderlas debajo de una piedra para evitar su profanación. Después de una dura batalla, los aragoneses salieron victoriosos y decidieron continuar con la misa donde la habían dejado.
El Milagro de los Corporales
Al recuperar el corporal, el sacerdote descubrió que las hostias estaban empapadas en sangre y pegadas al lienzo. Este evento fue interpretado como un milagro divino, y se organizó una procesión para mostrar los Corporales a todo el ejército. Sin embargo, surgió un problema: los soldados de Calatayud, Teruel y Daroca querían quedarse con la reliquia, lo que llevó a una disputa.
La Lucha por la Reliquia y el Viaje Milagroso de la Mula
Para resolver la disputa, se realizó un sorteo en tres ocasiones, y en todas ellas, la reliquia fue asignada a Daroca. Ante la desconfianza de los demás, se decidió buscar una solución creativa: se colocó la reliquia en una arqueta, se la entregó a un sacerdote y se montó sobre una mula blanca, nacida en tierras musulmanas, para que ella decidiera el destino de los Corporales.
El Viaje de la Mula
La mula comenzó un viaje lleno de milagros. Pasó por Játiva, donde se escucharon voces celestiales, y por Alcira, donde una endemoniada fue curada. En Segorbe, a pesar de los intentos de detenerla, la mula siguió su camino. Llegó a Jérica, donde dos ladrones se arrepintieron y devolvieron lo robado. Finalmente, la mula llegó a Teruel, pero no se detuvo allí. Continuó su camino hasta Daroca, donde, al pasar por la iglesia de San Marcos, se detuvo y murió. Esto fue interpretado como una señal de que los Corporales debían quedarse en Daroca, donde fueron llevados en procesión a la Basílica de Santa María.
La Procesión del Corpus Christi en Daroca
Los Sagrados Corporales están guardados en una capilla lateral de la Basílica de Santa María, que cuenta con una serie de relieves que narran toda la historia de la reliquia. En el centro del retablo se encuentra la custodia-relicario donde se guarda el corporal, que normalmente no se expone al público. Sin embargo, una vez al año, durante las fiestas del Corpus Christi, los Corporales son sacados en procesión por las calles de Daroca.
Conclusión
Los Corporales de Daroca representan una de las reliquias más importantes de Aragón y un símbolo de fe, historia y milagro. Cada año, la procesión del Corpus Christi revive esta fascinante historia, atrayendo a numerosos peregrinos y visitantes que desean conocer de cerca esta joya del patrimonio aragonés.