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El Primer Viernes de Mayo es una de las conmemoraciones más antiguas y emblemáticas de Aragón. Esta festividad, que se celebra anualmente en la ciudad de Jaca, tiene sus raíces en una historia legendaria que ha sido transmitida a lo largo de los siglos, aunque con algunas variaciones y añadidos a lo largo del tiempo. En este artículo, exploraremos los orígenes de esta celebración y el relato histórico que la sustenta.
La Ermita de la Victoria y su Significado
La historia del Primer Viernes de Mayo está íntimamente ligada a la Ermita de la Victoria, situada en Jaca. Para los jacetanos, este lugar es más que una simple ermita junto al cementerio; está relacionado con una de las celebraciones más importantes de la ciudad. Según la tradición, la ermita marca el sitio donde ocurrió una batalla decisiva contra los musulmanes en el siglo VIII, un evento que con el tiempo ha adquirido un carácter casi mítico.
La Historia de Juan Martón y su Búsqueda
Para entender mejor esta festividad, es esencial conocer a Juan Martón, un obispo auxiliar de Zaragoza en el siglo XVI. Martón se propuso la ardua tarea de documentar la presencia de los musulmanes en los valles del Pirineo. Al no encontrar fuentes aragonesas que considerara fiables, decidió acudir al alcázar de Segovia, donde estaban los archivos del reino de Castilla.
En su investigación, Martón descubrió un relato en la "Grande e General Estoria" de Alfonso X, el Sabio, que narraba una batalla ocurrida en Jaca en el año 760. Este relato se convirtió en la base para la celebración del Primer Viernes de Mayo, aunque, con el tiempo, la historia se fue modificando y embelleciendo con detalles añadidos por diferentes autores.
El Relato de Alfonso X: La Batalla de Jaca
Según Alfonso X, la batalla de Jaca tuvo lugar después de la llegada y expansión de los musulmanes por la Península Ibérica. En su crónica, los musulmanes enviaron dos ejércitos que se instalaron cerca de los ríos Aragón y Gas. Frente a ellos, se encontraba un grupo de cristianos liderados por el Conde Don Aznar, quienes se prepararon para defender la ciudad.
El relato describe cómo, en un giro inesperado, un misterioso ejército apareció en el horizonte, causando la huida de los musulmanes. Este ejército, que resultó ser un grupo de mujeres de Jaca armadas improvisadamente, fue el factor decisivo para la victoria cristiana. La batalla fue tan sangrienta que, según Alfonso X, las aguas del río Gas se tiñeron de rojo.
Análisis Crítico del Relato
Aunque el relato de Alfonso X es detallado, los historiadores han encontrado varias inconsistencias. Por ejemplo, Jaca en el siglo VIII estaba en decadencia y casi deshabitada, lo que hace difícil imaginarla como el escenario de una gran revuelta. Además, los personajes mencionados, como el Conde Aznar y García Íñiguez, vivieron en el siglo IX, lo que ha llevado a algunos a proponer que la batalla ocurrió un siglo después, aunque esto tampoco encaja completamente.
Conclusiones: Una Celebración con Raíces Medievales
A pesar de las dudas sobre la veracidad histórica del relato, la celebración del Primer Viernes de Mayo tiene una base sólida en la tradición medieval aragonesa. Existen registros que indican la existencia de un "camino de Mocorones", asociado a soldados o batallas, ya en el siglo XI. Además, la Ermita de la Victoria, originalmente conocida como Santa María de Mocorones, está documentada desde finales del siglo XIII, lo que refuerza la antigüedad de esta devoción.
El Primer Viernes de Mayo es, sin duda, una de las festividades más antiguas de Aragón, con pruebas documentales de su celebración desde al menos el siglo XIV. Esta tradición, que ha sido transmitida de generación en generación, es un testimonio del rico patrimonio cultural de Jaca y de Aragón en su conjunto.
La historia del Primer Viernes de Mayo, aunque basada en una leyenda, es un ejemplo fascinante de cómo las tradiciones pueden perdurar a lo largo de los siglos, adaptándose y evolucionando con el tiempo. Aunque la batalla que inspira esta celebración es probablemente un hecho legendario, la fiesta en sí es una parte esencial de la identidad jacetana y aragonesa.
En un próximo episodio, exploraremos cómo se celebra actualmente el Primer Viernes de Mayo en Jaca, una festividad llena de simbolismo y emoción que sigue viva en el corazón de sus habitantes.