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Aragón es una tierra mágica, un lugar donde los ecos de miles de historias resuenan en cada rincón. Hoy, viajaremos a través del espacio y el tiempo desde el corazón de Zaragoza hasta una enigmática tierra de frontera. Nos adentraremos en el siglo XIV, siguiendo los pasos de un hombre que encontró algo imposible. ¿Me acompañáis?
El Centro de Zaragoza: Donde Comienza la Historia
Nos encontramos en el pleno centro de Zaragoza, en la Plaza de las Catedrales, también conocida como el Salón de la Ciudad. Aunque muchos la llaman simplemente Plaza del Pilar y Plaza de la Seo, la realidad es que este es un espacio único que alberga dos catedrales.
Sí, lo habéis escuchado bien: dos catedrales. La Basílica del Pilar, antes de ser basílica, ya ostentaba el título de catedral. La otra es la Catedral de San Salvador en su Epifanía, más conocida como la Seo de Zaragoza, el punto de partida de nuestro viaje de hoy.
La Seo de Zaragoza: Un Tesoro de Estilos Artísticos
La Seo de Zaragoza es un lugar que no deja indiferente a nadie. Con una historia que se remonta a la época romana, este templo es una mezcla de estilos artísticos que van desde el arte islámico hasta el siglo XX. El exterior de la Seo es igual de impresionante que su interior, y vale la pena rodearla para no perderse ningún detalle.
Entre sus elementos destacados están la portada neoclásica, la torre barroca, el arco del Deán, los ábsides, y el magnífico muro mudéjar de la Parroquieta, una de las partes más fotografiadas del edificio. Pero lo que realmente esconde este lugar es una de las historias más curiosas de Aragón.
La Parroquieta: Un Lugar de Descanso y Misterio
La Parroquieta es una capilla independiente del resto de la Seo. Durante los 23 años que duró la restauración del templo, esta fue la única parte que se pudo visitar y utilizar para las misas. Dentro de ella se encuentra un impresionante artesonado mudéjar que a muchos se les pasa por alto. Además, aquí descansa Lope Fernández de Luna, el arzobispo que mandó construir este espacio para su descanso eterno, y el protagonista de una historia imposible.
Lope Fernández de Luna: Un Mecenas del Siglo XIV
Lope Fernández de Luna pertenecía a una de las familias más poderosas de Aragón, la misma a la que pertenecía el famoso Papa Luna. Fue arzobispo de Zaragoza y Capitán General de Aragón, además de un gran mecenas. Parte de la grandeza de la Seo se le debe a él, quien invirtió tanto esfuerzo en este templo que decidió construir una capilla independiente para su descanso eterno.
La Búsqueda de un Santo Titular
Sin embargo, había un problema: no sabía qué santo elegir como titular de su capilla. No quería a uno cualquiera, sino a uno que tuviera un significado especial para él. Fue durante una visita a la conflictiva zona de Calatayud, y en específico al pueblo de Villarroya de la Sierra, donde encontró al candidato perfecto.
El Misterio en Villarroya de la Sierra
Durante una de sus visitas pastorales, Lope Fernández de Luna decidió relajarse dando un paseo por un pinar cercano a Villarroya de la Sierra. Fue allí donde escuchó los gritos desesperados de un hombre que le pedía confesión. Sin embargo, estos gritos no provenían de un hombre cualquiera.
El Encuentro con lo Sobrenatural
A pesar del peligro, Lope decidió seguir la voz, adentrándose en el pinar hasta encontrar el cadáver decapitado de un hombre. Para su sorpresa, la cabeza cortada comenzó a hablar, revelando que era la voz del campesino de Villarroya que había pedido confesión antes de morir a manos de ladrones. Este hombre se había encomendado a San Miguel, pidiendo el milagro de permanecer vivo hasta que el arzobispo pudiera escuchar su última confesión. Y ese milagro se había cumplido.
La Capilla de San Miguel: Un Testimonio de Fe
Conmovido por lo que había presenciado, Lope Fernández de Luna regresó a Zaragoza. A su vuelta, decidió que la capilla que estaba construyendo en la Seo debía llevar el nombre de San Miguel Arcángel, en honor al milagro que había presenciado. Así, la Parroquieta fue nombrada oficialmente como la Capilla de San Miguel Arcángel, el lugar donde Lope Fernández de Luna descansaría para siempre.
Un Legado para la Eternidad
La historia de Lope Fernández de Luna y la Capilla de San Miguel es una prueba de la fe y la devoción que marcó su vida. Sus restos descansan junto al altar de la capilla, que él mismo vio terminada antes de su muerte. Si tenéis la oportunidad de visitarla, recordad esta leyenda y dejad que os envuelva la magia de Aragón.