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18. Fermín Arrudi

¡Hola viajeros y viajeras!

El episodio de hoy es de altura, concretamente de unos 2.29 metros. Y es que eso es lo que llegó a medir uno de los aragoneses más altos de nuestra historia: ¡el sallentino Fermín Arrudi! El que llamaban “Gigante de Sallent” se convirtió en todo un fenómeno nacional e internacional entre finales del siglo XIX y principios del XX, llegando a exhibir su cuerpo por Europa, el norte de África y América.

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¡Que paséis un día de leyenda!

María Argota Recaj

María Argota Recaj

Autor

Contenido del Podcast

Aragón es una tierra rica en leyendas y personajes únicos que han dejado una huella imborrable en la memoria colectiva. Entre esos personajes destaca Fermín Arrudi, el gigante de Sallent, cuya vida fue tan extraordinaria como su estatura. Acompáñanos en este recorrido por la vida de un hombre que, más allá de su gigantesca figura, demostró tener un corazón y un talento igual de inmensos.

La Tierra de los Gigantes

Aragón es una región conocida por sus historias de gigantes. Desde la cueva de Caco en Los Fayos hasta la cueva de Silbán en Tella, los gigantes han sido parte del folclore aragonés durante siglos. Pero, más allá de las leyendas, también existieron gigantes reales que fascinaron a la sociedad de su tiempo.

Gigantes en la Historia

Uno de esos gigantes fue el extremeño Agustín Luengo, quien llegó a medir 2.36 metros. Su vida fue marcada por la explotación y la soledad, culminando en una muerte triste en las calles de Madrid. Otro gigante famoso fue el vasco Miguel Joaquín Eleizagi Arteaga, quien alcanzó los 2.42 metros y fue exhibido por toda Europa. Sin embargo, no todos los gigantes vivieron vidas trágicas; algunos, como Fermín Arrudi, fueron recordados con cariño y respeto.

El Nacimiento de un Gigante: Sallent de Gállego, 1870

Fermín Arrudi Urieta nació el 7 de julio de 1870 en Sallent de Gállego, un pequeño pueblo en el Valle de Tena, al pie de la peña Foratata. Su infancia fue completamente normal hasta que, alrededor de los 11 o 15 años, cayó gravemente enfermo. Tras recuperarse, Fermín comenzó a crecer de manera descontrolada, desarrollando lo que hoy conocemos como gigantismo, una condición causada por una secreción excesiva de la hormona del crecimiento.

Adolescencia: Un Crecimiento Imparable

Durante su adolescencia, Fermín enfrentó grandes dificultades debido a su estatura. Crecía a un ritmo de 15 centímetros al año, lo que hacía que el mundo no estuviera diseñado para alguien como él. Las puertas eran demasiado bajas, las escaleras difíciles de subir y las sillas demasiado pequeñas. A pesar de estos desafíos, Fermín desarrolló una fuerza extraordinaria y un talento innato para la música, especialmente para la jota aragonesa.

El Descubrimiento y la Fama: 1890

A los 20 años, Fermín medía 2.19 metros y continuaba creciendo. Fue entonces cuando Sebastián Fuertes, un vinatero de Cariñena, vio en él una oportunidad para ganar dinero. Fermín comenzó a exhibirse en las Fiestas del Pilar en Zaragoza y la Feria de San Andrés en Huesca, donde fue un éxito rotundo. Esto marcó el inicio de una serie de viajes que lo llevarían a recorrer tres continentes y conocer a algunas de las personalidades más importantes de su época.

Madrid, Barcelona y Más Allá

Uno de los primeros destinos fuera de Aragón fue Madrid, donde Fermín realizó varias presentaciones en los principales teatros de la ciudad. Incluso fue invitado al Palacio de Oriente por la reina María Cristina. En Barcelona, participó en los actos del IV Centenario del Descubrimiento de América, donde se convirtió en un fenómeno mediático.

Un Estudio Científico en Europa

En 1896, Fermín fue invitado a la Exposición Internacional de Berlín, donde un prestigioso médico de la Universidad de Colonia, el Doctor Pollinger, estudió su cuerpo. Con 26 años, Fermín había dejado de crecer, alcanzando una altura de 2.29 metros. Sus manos medían 28 cm de largo, sus pies 42 cm y su torso tenía una circunferencia de 150 cm. Pollinger concluyó que Fermín era un gigante muy bien formado, cuyas proporciones no respondían a los parámetros estándar.

El Amor y el Final de sus Días

A pesar de su fama y fortuna, Fermín siempre añoraba su hogar en Sallent. Tras años de exhibiciones por Europa y el norte de África, regresó a su pueblo, donde construyó una casa y encontró el amor en Louise Carlé Dupuis, con quien se casó en 1897 en París.

Sin embargo, los años de viajes y exhibiciones comenzaron a pasarle factura. A medida que envejecía, Fermín sufrió dolores físicos severos debido a su condición. Decidió retirarse a Sallent y dedicarse a la música, pero no pudo resistirse a nuevas ofertas de exhibiciones, incluyendo una serie de presentaciones en América.

El Último Viaje

En 1913, Fermín fue invitado por Archer Milton Huntington, fundador de la Hispanic Society of America, a realizar una serie de exhibiciones en América. Aunque estaba cada vez más enfermo, Fermín aceptó la oferta. Desafortunadamente, contrajo tuberculosis durante el viaje y, tras regresar a España, falleció el 2 de mayo de 1913 en su querido Sallent.

Un Legado Inolvidable

El funeral de Fermín Arrudi fue un evento memorable en Sallent de Gállego. Su ataúd, de 2.40 metros de largo y 90 centímetros de ancho, requirió diez hombres para ser transportado hasta el cementerio de Suscalar. En 1998, el Ayuntamiento de Sallent decidió honrar su memoria poniendo su nombre al paseo que va desde el pueblo hasta la zona deportiva. Y en 2014, se erigió una estatua a tamaño natural de Fermín junto al Ayuntamiento, un recordatorio perenne de un hombre cuya grandeza iba mucho más allá de su estatura.