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Un nuevo episodio con leyenda en el corazón del Pirineo
Tras varios episodios dedicados a historias de amor y mujeres ilustres, en esta ocasión el podcast retoma las leyendas. Esta vez nos centramos en una de las más conocidas del Pirineo aragonés: la leyenda del Monte Perdido, recogida por Rafael Andolz en su libro Leyendas del Pirineo para niños y adultos.
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido: un tesoro natural
El origen del parque nacional
El 16 de agosto de 1918 se declaró el Parque Nacional del Valle de Ordesa o del Río Ara, 25 días después de la creación del primer parque nacional español, el entonces llamado Parque Nacional de la Montaña de Covadonga (actualmente Picos de Europa). Esa declaración marcó un antes y un después: el valle de Ordesa quedaba protegido de forma legal.
Fue el 13 de julio de 1982 cuando se amplió y recibió el nombre que hoy conocemos: Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Desde entonces incluye:
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El cañón de Añisclo
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La garganta de Escuaín
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La cabecera del valle de Pineta
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La vertiente española del Monte Perdido
Otras figuras de protección
Este parque ha recibido numerosas figuras de protección y distinciones:
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Reserva de la Biosfera Ordesa – Viñamala (UNESCO, 1977)
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Diplomas de conservación del Consejo de Europa (6 desde 1988)
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Zona de Especial Protección para las Aves (1988)
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Zona de Especial Conservación y Lugar de Importancia Comunitaria (1997)
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Patrimonio de la Humanidad (UNESCO, 1997)
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Geoparque Mundial Sobrarbe – Pirineos (UNESCO, 2006)
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Reserva Natural Fluvial (2017)
Este espacio es hogar de especies en peligro como el urogallo, el quebrantahuesos y el tritón pirenaico, además de flora endémica exclusiva del Pirineo aragonés. Todo ello, junto a sus imponentes paisajes, atrae a más de medio millón de visitantes cada año.
El macizo de las Tres Sorores: belleza y leyenda
Mucho antes de su declaración como parque, la belleza de este rincón pirenaico ya había fascinado a científicos y montañeros. Uno de los más destacados fue el francés Lucien Briet, quien lo documentó con textos y fotografías que hoy permiten observar los cambios en el paisaje. En España, fue clave Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, en impulsar su protección.
Entre los puntos más emblemáticos se encuentran:
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Las Gradas de Soaso
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La Cola de Caballo
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El Cañón de Añisclo
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El macizo de las Tres Sorores: Cilindro de Marboré, Pico Añisclo (Soum de Ramond) y Monte Perdido
El Monte Perdido, tercera cima más alta de los Pirineos (tras el Aneto y la Maladeta), es la montaña calcárea de origen sedimentario más alta de Europa (lo que significa que es la montaña de caliza más elevada del continente europeo), y se formó en dos orogenias distintas (así se denomina al proceso de formación de las montañas). Pero, como muchas cumbres, también guarda una leyenda que explica su nacimiento de una forma muy distinta.
La leyenda del Monte Perdido
Prados de Lalarri, un día tranquilo
Hace mucho tiempo, en los prados de Lalarri, un pastor vigilaba su rebaño en un día soleado. Solo se oían las esquilas y cencerros de las ovejas. Mientras tallaba su vara de boj, no se percató de la llegada de un hombre harapiento.
El mendigo que pidió ayuda
El forastero era un mendigo hambriento y descalzo. Se acercó al pastor y le pidió un poco de comida, asegurando que Dios se lo pagaría. El pastor lo ignoró y solo respondió con malas palabras, negándose a ayudarlo.
La tempestad que lo cambió todo
De repente, el cielo se cubrió de nubes. Bajó una niebla espesa, el rebaño se dispersó, y ni siquiera el perro del pastor podía orientarse. Una tormenta inusitada azotó el valle de Pineta, desorientando a todos.
Un castigo divino
En medio del caos, el mendigo cambió su apariencia: ahora vestía un hábito franciscano marrón, ceñido con tres nudos que simbolizaban castidad, obediencia y pobreza. Era San Antonio de Padua. Mirando al pastor, le dijo:
“Te perderás por avaricioso, y allí donde te pierdas saldrá un gran monte inmenso, tan grande como tu falta de caridad”.
Y así fue como, según la leyenda, nació el Monte Perdido.
El legado glaciar del Monte Perdido
Además de su valor ecológico, en el Monte Perdido aún resisten restos de glaciares. Las fotografías de Lucien Briet han sido fundamentales para que los glaciólogos calculen su retroceso y el escaso tiempo de vida que les queda. Esta es una de las razones por las que se considera uno de los lugares más emblemáticos de los Pirineos.
Una historia con muchas versiones
Existen múltiples variantes de esta leyenda. La versión contada en este episodio es la recogida por Rafael Andolz en Leyendas del Pirineo para niños y adultos (Editorial Pirineo), una de las más conocidas y accesibles.