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La Sierra de Guara: Un Paraíso Natural en Aragón
La Sierra de Guara, ubicada en Aragón, es uno de los parajes más espectaculares de la región, formando parte del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. Este espacio natural se extiende por cuatro comarcas de la provincia de Huesca y es un lugar imprescindible para los amantes de la naturaleza, los deportes de aventura y la historia.
Dentro del parque, hay muchos municipios dignos de visitar, como Huesca, Aínsa y Alquézar. Sin embargo, hoy nos centraremos en Adahuesca, un pequeño pueblo de menos de 180 habitantes que posee un casco urbano lleno de encanto y un vínculo especial con la Sierra de Sevil.
Adahuesca y la Propiedad de la Sierra de Sevil
Adahuesca no es solo un hermoso pueblo del Somontano de Barbastro; es también la propietaria de la Sierra de Sevil desde hace siglos, según varios documentos firmados por los reyes de Aragón. Sin embargo, la verdadera historia de cómo esta sierra pasó a manos de los habitantes de Adahuesca esconde un relato lleno de misterio y valentía.
Realidad y Leyenda en la Historia de Adahuesca
La historia de la Sierra de Sevil y Adahuesca no es una historia común. Aunque la cesión de tierras por parte de reyes a pueblos no es inusual, en este caso, la propiedad no fue otorgada por reyes, sino por dos misteriosas figuras cuyos nombres se han perdido en el tiempo. La leyenda ha sido transmitida de generación en generación, y aunque su origen exacto es incierto, tiene profundas raíces en la historia de la región.
La epidemia de peste que asoló la región en el siglo XVII parece ser el trasfondo de esta historia, ya que coincide con documentos históricos que mencionan disputas entre Adahuesca y Sevil en 1651-1652, justo cuando una plaga devastó la provincia de Huesca.
La Epidemia de Peste y las Últimas Habitantes de la Sierra de Sevil
En aquellos tiempos, la Sierra de Sevil estaba habitada por pequeños pueblos, como Mesón de Sevil, Los Santos y Las Casas. La peste llegó a la región a través de un viajero, y en poco tiempo, estos pueblos quedaron desiertos, sus habitantes muertos a causa de la epidemia. Sin embargo, en Las Casas, dos ancianas lograron sobrevivir, convirtiéndose en las únicas pruebas vivientes de que la sierra había estado habitada.
La Proeza de las Dos Ancianas
Ante la devastación, las dos mujeres decidieron abandonar su hogar y buscar asilo en otros pueblos cercanos. Sin embargo, en San Pelegrín, Radiquero y Alquézar, el miedo al contagio llevó a los habitantes a rechazar a las ancianas. Desesperadas y sin esperanzas, las mujeres continuaron su peregrinaje hasta llegar a Adahuesca.
El Acogimiento en Adahuesca y el Legado de la Sierra de Sevil
En Adahuesca, las ancianas fueron recibidas en un pequeño hospital fuera de las murallas del pueblo, donde se les cuidó hasta asegurarse de que no estaban enfermas. Como muestra de gratitud, las ancianas donaron toda la Sierra de Sevil al pueblo de Adahuesca. A cambio, pidieron ser enterradas en Crucelos, un cruce de caminos donde se unen los términos municipales de Adahuesca, Alberuela y Abiego, y que cada 20 de mayo los habitantes de Adahuesca acudieran a rezar por ellas, además de repartir vino y tortas. También solicitaron que cada 26 de julio, en el día de Santa Ana, se repartieran peras a los niños del pueblo.
¿Realidad o Leyenda?
Aunque algunos aspectos de la historia pueden parecer fantásticos, la tradición ha mantenido vivos estos rituales. Desde hace más de 300 años, los habitantes de Adahuesca cumplen con la romería a Crucelos y celebran la Corrida de las Peras el 26 de julio. Este legado sigue siendo una parte fundamental de la identidad de Adahuesca y un recordatorio del vínculo entre la realidad y la leyenda en la historia aragonesa.