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Un lugar inesperado en el Prepirineo
Imaginad por un momento que vais por una carretera del Prepirineo. Si sois copilotos o pasajeros, podréis prestar atención a todo lo que os rodea. Seguramente veréis muchos árboles y, con suerte, algún animal. Pero de pronto, al parar el coche, os encontráis algo que no pertenece a esta zona: una escultura de Buda reclinado os mira fijamente desde el otro lado de la carretera. No habéis atravesado ningún portal al Tíbet; estáis a unos 11 km de Graus. Bienvenidos a Dag Shang Kagyü, el Centro Budista de Panillo.
Introducción al Budismo
Antes de sumergirnos en la historia de cómo se creó este centro budista, es importante conocer algunos conceptos básicos sobre el budismo, para comprender mejor lo que se encuentra en este lugar.
El budismo es una de las religiones más importantes del mundo. Su figura central es Siddharta Gautama, conocido como Buda, un título que significa "el que está despierto". Buda alcanzó la iluminación a los 35 años, tras una profunda meditación, y sus enseñanzas son conocidas como el Dharma. Otro término clave es Vajrayana, una vertiente del budismo que se sigue en Dag Shang Kagyü, y que se traduce como "camino del diamante", simbolizando la indestructibilidad y perfección del universo. Además, en este contexto, es relevante el concepto de la estupa, un monumento que representa la mente iluminada de Buda, y del cual en Dag Shang Kagyü hay varias.
Kyabjé Kalu Rinpoché: La conexión entre el Tíbet y Aragón
Para entender cómo llegó el budismo a Panillo, debemos viajar al Tíbet, al año 1905, cuando nació Kyabjé Kalu Rinpoché, una figura fundamental para el centro budista de Panillo. Desde muy joven, Kalu Rinpoché mostró un fuerte compromiso con la vida monástica, completando un retiro de 3 años, 3 meses y 3 días en completo aislamiento. Posteriormente, renunció a todo para practicar un ascetismo estricto durante 12 años en el Tíbet oriental.
En los años 50, ante la complicada situación política en el Tíbet, Kalu Rinpoché se trasladó a Bután, donde se convirtió en abad de la familia real, y luego a la India. Entre 1971 y 1989, realizó una serie de viajes por todo el mundo, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Europa y el Sudeste Asiático.
Los inicios de Dag Shang Kagyü
La historia de Dag Shang Kagyü comienza en los años 70, cuando un grupo de españoles interesados en el budismo viajó a Francia para conocer a Kalu Rinpoché y visitar algunos de los centros que él había fundado. Este encuentro llevó a que le pidieran ser el director espiritual del centro budista en Madrid, y a la búsqueda de un lugar en España donde construir un centro de retiros. Así, se encontró un terreno cerca del pueblo de Panillo, en la Ribargoza, gracias a una mujer local y al esfuerzo económico de discípulos de Kalu Rinpoché de toda España.
La visita de Kalu Rinpoché a Panillo en 1984
En diciembre de 1984, bajo una nevada espectacular, Kalu Rinpoché visitó los terrenos del futuro centro budista de Panillo y dio su bendición para la creación de un centro de retiros y prácticas espirituales. Aunque en ese momento todavía no se había construido nada, Kalu Rinpoché ofreció consejos para la edificación de un templo que transmitiera el Dharma y acogiera a maestros y lamas, así como para la construcción de estupas.
El significado de Dag Shang Kagyü
El nombre Dag Shang Kagyü proviene de dos linajes budistas tibetanos: el Linaje Kagyu, conocido como la escuela de la tradición oral, y el Linaje Shangpa, cuya principal figura es Kyabjé Kalu Rinpoché. Estas escuelas se centran en enseñanzas específicas que las diferencian de otras tradiciones budistas.
Además de ser un centro de divulgación del budismo Vajrayana, Dag Shang Kagyü forma parte del movimiento budista Rimé, que respeta todas las tradiciones y las considera caminos válidos para la realización espiritual. Por ello, el centro está abierto a visitantes de todas las creencias, quienes pueden recorrerlo tanto de manera libre como guiada.
Visita a Dag Shang Kagyü
Dag Shang Kagyü ofrece una experiencia única para los visitantes. Se puede recorrer libremente la zona que rodea el templo principal, donde se encuentran elementos como un arco tibetano, estatuas fuente, mantras escritos por las paredes, 108 pequeñas estupas, una casita para velas y 108 molinillos de oraciones. Estos molinillos deben girarse siempre hacia la derecha para activar los mantras.
Uno de los puntos destacados es la estupa de Kalachakra, que representa la rueda o ciclo del tiempo, y alrededor de la cual es tradicional recitar mantras mientras se da vueltas para recibir las bendiciones del lugar. Además, hay una tienda con artículos del Tíbet, la India y Nepal, donde se pueden adquirir recuerdos únicos.
La visita guiada permite acceder a tres espacios normalmente cerrados al público: un molino de oraciones enorme, la sala interior del templo, y la estupa principal, que contiene frescos pintados a mano y tres altares dedicados a distintas divinidades y protectores. Cabe recordar que es importante quitarse el calzado antes de entrar a estos espacios sagrados.
Despedida
Con estos consejos, ya estáis preparados para visitar uno de los lugares más curiosos de Aragón. Gracias por acompañarme en este recorrido por Dag Shang Kagyü, el Centro Budista de Panillo. Como siempre, os invito a seguirme en las redes sociales y a estar atentos a las novedades del programa. ¡Hasta la próxima, y que tengáis un día de leyenda!