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62. Martina Bescós García

Pionera en muchos sentidos, alumna extraordinaria y gran doctora.

¡En este episodio vamos a descubrir la vida de Martina Bescós García, considerada por muchos como la primera cardióloga española! Una mujer brillante y con una carrera espectacular a sus espaldas que, a pesar de sus dificultades personales, también tiene mucho que ver con la fundación de las Sociedades Española y Aragonesa de Cardiología.

Sin ella, una parte del Hospital Clínico de Zaragoza no habría sido lo mismo.

María Argota Recaj

María Argota Recaj

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Contenido del Podcast

“Me resulta imposible evocar mis años de trabajo en este hospital sin que en mi imaginación, y siempre en un primer plano, no aparezca la inconfundible y entrañable figura de doña Martina: menuda, activa, aparentemente distraída de todo lo que no fueran sus electrocardiogramas, que rebosaban siempre los bolsillos de su bata blanca, pero sin perder ningún detalle de nada de lo que a su alrededor acontecía y tuviera como centro al paciente cardiológico o la cardiología. Muchas generaciones de médicos y de cardiólogos hemos obtenido un gran provecho de sus enseñanzas y de su continuado ejemplo de mujer laboriosa y entregada a su carrera.”

Al investigar sobre Martina Bescós, me encontré con numerosos desafíos en cuanto a la precisión de las fechas y la coherencia de las fuentes. Sin embargo, valió la pena resolver esas inconsistencias para poder contar la historia de esta pionera en la medicina.

Los Primeros Años en Zaragoza (1912)

Martina Bescós García nació el 9 de abril de 1912 en Zaragoza, en una época de grandes cambios y crecimiento en la ciudad. Hija de un médico, Martina mostró desde joven un gran interés por los estudios.

Estudios Preuniversitarios

En 1926, Martina completó su Bachillerato en el Instituto General y Técnico de Zaragoza (hoy conocido como Instituto Goya). Posteriormente, inició su preparación para ingresar a la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza. Su pasión por los idiomas la llevó a estudiar alemán en la Escuela Profesional de Comercio de Zaragoza, donde obtuvo sobresaliente.

Universidad y Primeros Logros

En la década de 1920, las mujeres apenas comenzaban a acceder a la educación superior. Martina fue una de las pocas mujeres en su curso de Medicina, y destacó por su brillante expediente académico. En 1930, solicitó y obtuvo una plaza de “alumno interno honorario” en la Clínica de Patología Médica 1ª. Además, por oposición, logró ser alumna interna pensionada en la Sección de Clínicas.

Durante los veranos, Martina asistía a cursos en la Casa de Salud de Valdecilla, en Santander, donde inició su vocación por la cardiología bajo la tutela del Doctor José Antonio Lamelas. También realizó estancias en Londres y Tours para perfeccionar su inglés y francés.

1933: El Año Clave

En 1933, Martina se licenció en Medicina y Cirugía, con un expediente tan impresionante que optó al Premio Extraordinario de Licenciatura, que ganó al quedar primera de su promoción. Ese mismo año, gracias a su dominio del alemán, obtuvo una beca para estudiar endocrinología en la Universidad de Viena con el profesor Wilheim Falta, pionero en los estudios sobre diabetes. Su tesis doctoral, “Administración de grandes dosis de galactosa en estados normales y patológicos”, le valió un Premio Extraordinario en la Universidad Central de Madrid.

Carrera Profesional en Madrid

Tras doctorarse, Martina comenzó a trabajar en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, bajo la dirección del Dr. Carlos Jiménez Díaz. También participó en la inauguración del Instituto de Investigaciones Médicas, que más tarde se convertiría en la Fundación Jiménez Díaz. Sin embargo, su carrera en Madrid se vio interrumpida por el estallido de la Guerra Civil en 1936, lo que la llevó de vuelta a Zaragoza.

La Guerra Civil y el Amor

De regreso en Zaragoza, Martina se incorporó al Hospital Pompiliano, donde estuvo al cargo de 30 camas para enfermos agudos torácicos. En 1938, comenzó a trabajar en la clínica del Dr. Lorenzo López Buera, uno de los mejores especialistas en pulmón y corazón de Zaragoza, con quien se casó y tuvo seis hijos.

Viudez y Continuación de su Carrera (1953)

En 1953, Lorenzo López Buera falleció, dejando a Martina viuda con seis hijos. A pesar de esta difícil situación, continuó con su carrera, incorporándose a las Clínicas de la Universidad de Zaragoza, donde también se dedicó a la ayuda humanitaria en hospitales africanos y a la gestión de una finca agrícola.

Trabajo en el Hospital Clínico de Zaragoza

Martina se especializó en electrocardiografía, electrofisiología y arritmias cardíacas, siendo nombrada jefa de la Sección de Arritmias y Electrofisiología en las Clínicas de la Universidad de Zaragoza. En 1975, se trasladó al Hospital Clínico, donde continuó hasta su jubilación en 1982.

Legado y Muerte

Martina Bescós no solo fue una de las primeras mujeres en acceder a la educación superior en España, sino que también está considerada como la primera cardióloga del país y una de las fundadoras de las Sociedades Española y Aragonesa de Cardiología. Falleció en 2008 a los 96 años, dejando un legado imborrable en la medicina española.

En Zaragoza, una calle cerca del Hospital Clínico lleva su nombre, y recientemente, un instituto en Cuarte de Huerva ha sido bautizado como Martina Bescós en su honor, reconociendo su contribución a la ciencia y la medicina.

Conclusión

La historia de Martina Bescós es un testimonio de dedicación, esfuerzo y amor por la medicina. Su legado como pionera en cardiología sigue vivo, no solo en los corazones de quienes la conocieron, sino también en las generaciones futuras que se inspiran en su trayectoria.